martes, 10 de enero de 2017

FORMAS DE SINTONIZAR A DIOS (segunda parte)


2. DEBO ESPERAR.

Esperar significa poner en calma tus pensamientos y emociones. Necesitas poner todo tu ser en calma. Lo segundo que dice Habacuc es: “Me subiré a la torre”. “Esperaré”. ¿Qué significa esto? Significa que voy a quedarme ahí por un tiempo hasta que algo ocurra.
Dios le habla a quien se toma el tiempo para escucharlo. La mayor razón por la que muchos de nosotros no oímos a Dios es porque estamos demasiado ocupados. La prisa es la muerte de la oración. Si quieres oír a Dios hablar, debes no solamente irte a un lugar silencioso sino que también debes poner en calma tu mente y tus emociones.
Les voy a hacer una descripción de la razón por la que la mayor parte de la gente queda insatisfecha con la oración. La siguiente es una experiencia típica de oración: Hoy vas a orar y te alejas a solas. Quizá encuentras un lugar silencioso. Pero al instante que te sientas a orar, tu mente comienza a hacerte recordar todas las cosas que no hiciste todavía.




¿Cómo pones tus pensamientos y emociones en calma? Les voy a dar una técnica bíblica para concentrarnos en Dios.
David dijo que hay que hacer dos cosas mental y emocionalmente para poder oír a Dios

a. Afloja el cuerpo. Salmos 46:10: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios”.
Si deseas relajar la mente, lo primero que debes hacer es aflojar el cuerpo. Debes despreocuparte, estar quieto, ponerte cómodo. La Biblia dice que David se sentaba ante Dios cuando oraba. Ponte en una posición cómoda. Libera la tensión muscular. Tu cuerpo afecta tu actitud. Si no te sientes bien físicamente, tus emociones y tu humor se ven
afectados. Tu cuerpo afecta tus actitudes. Están vinculados. Al aflojarse tu cuerpo, se relaja tu mente. Afloja el cuerpo. La Biblia dice: “Estén quietos”. Una vez que mi cuerpo está quieto, entonces . . .





b. Espera en silencio. Salmos 62:5 dice: “Alma mía, espera en silencio solamente en Dios”.
Esperar significa que toma tiempo. Es difícil darnos prisa para calmarnos. Obligarnos a nosotros mismos a calmarnos rápido no funciona bien. Hacer un esfuerzo por calmarte es casi tan efectivo como forzarte a dormir. No funciona. Uno no puede forzarse a dormir. Hay que esperar hasta que uno se duerma. ¡Toma tiempo! Dios le habla a aquellos que se toman el tiempo para escucharle. Si estás de prisa, no oyes a Dios hablarte. Debes alejarte y luego esperar en silencio, lo cual calma tus pensamientos y tus emociones.
2 Reyes 3:15 dice que Elías pedía que se tocara música suave mientras trataba de sintonizar a Dios para encontrar la respuesta a la pregunta que tenía. Decía: “Traigan al arpista”, y hacía que el arpista tocara mientras él sintonizaba a Dios. Una vez que tu cuerpo está quieto y tu mente está en calma, te sensibilizas a la voz de Dios hablándote. La calma interior le abre el intercomunicador a Dios, y puedes oírlo.
La meta de la oración no es que pongas la mente en blanco. La meta de la oración es oír, sintonizar la voz de Dios para que le puedas hablar, y para que Él te pueda hablar a ti. Aléjate, y luego espera.





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