viernes, 22 de julio de 2016

¡QUE SUERTE!

Que buena suerte, que mala suerte, maldita suerte la mía, mi suerte no cambia, son frases que a menudo decimos o escuchamos decir, pareciera como si la suerte fuera la directora de la vida de las personas, una especie de dios etéreo, pero la verdad es solo una frase que refleja irresponsabilidad e ignorancia.
El diccionario define suerte así: Causa o fuerza que supuesta mente determina que los hechos y circunstancias imprevisibles o no intencionados se desarrollen de una manera o de otra. Lo que nos lleva a atribuirle a la suerte las buenas o malas cosas que pasan en la vida es esa manía de no asumir responsabilidad por nuestros actos, o la pereza de llevar a cabo determinadas acciones que cambiarían nuestro modo de vida, o lo que es peor aun es la expresión de una vida que se ha declarado abiertamente en derrota.



Andas buscando encantamientos?, riegos para tu casa?, juan del dinero?, estas con amuletos?, haces rezos y te haces rezar?, vas donde el brujo, el sortílego y el encantador? prendes velas de diferentes colores para que suceda...? haces símbolos de cosas para que pase esto o aquello?, estas leyendo la metafísica de Conie Mendez? o de nueva era? o de la Gnosis?, todo esto solo te enreda mas y mas y te arruina.



Dejarle a la suerte lo que pasara o no pasara en tu vida es engaño y es traición a ti mismo(a), es traicionar lo que eres y la capacidad que Dios te dio de poder transformar tu entorno y tu vida, es dejarse llevar derrotado por el río de la vida sin luchar por salir, es simplemente negarse a pararse y decidir que todo va a ser mejor de aquí en adelante.



No es sabio tener mas de un Dios y como solo existe uno, entonces no le atribuyas deidad a la suerte, no creas en sortilegios, riegos o rezos; cree en Dios y levántate tomado de su mano. LAS COSAS COMO SON.

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