miércoles, 27 de julio de 2016

LA LOCURA




Por estos días pareciéramos actores en la más taquillera película de terror, Es aterrador mirar como nuestra sociedad se está disparando en la cien, en un suicidio masivo, como la peor masacre de la historia, mientras cada uno totalmente indolente, nos distraemos en la infinidad de entretenciones del mundo moderno, sin darnos cuenta de que se desmorona todo a nuestro alrededor. A lo bueno se le llama malo y a lo malo, se le llama bueno, la locura es tal que aunque nadie quiere salir dañado, se están dinamitando las bases mismas del edificio en el que vivimos.


Las minorías organizadas están ultimando a las mayorías desbarajustadas, todo a precio de placer, y recibiendo solo el interés. Y mientras corremos presurosos tirados por las cadenas de nuestros verdugos, gritamos que tenemos derecho de vivir así, porque somos libres. Porque nadie debe meterse en la vida de nadie, y porque cada uno es dueño de su propia vida, y por lo tanto cada uno puede hacer lo que quiera.




Las prioridades en defensa de derechos en la sociedad actual esta así,

1.- las minorías LGTBI
2.- los desmovilizados
3.- Los animales
4.- Las minorías religiosas no cristianas
5.- las mujeres
6.- los niños
…..
Y después en algún rincón no numerado, los hombres
Y por último la familia.


La depravación es tal que quienes nos gobiernan, quienes fueron elegidos o nombrados para protegernos, tienen miedo de las minorías o pertenecen a ellas, el homosexualismo, invadió nuestra sociedad y como en Sodoma y Gomorra están atrayendo destrucción, corrompen todo a su paso, porque ese es su cometido y no se detendrán, ya se les aprobó el derecho a la adopción de niños (como si la adopción fuera un derecho de los adultos), ya se les aprobó, el derecho a casarse, y se les están entregando nuestros hijos en los colegios para que sean sus principios de depravación inculcados en los infantes y jóvenes y así pervertirlos desde su temprana edad. Mientras tanto, muchas mujeres heterosexuales los defienden y apoyan, muchos hombres heterosexuales los defienden y apoyan, pero ninguno queremos vivir las consecuencias funestas de esta decadencia social. Solo agachamos la cabeza los que no estamos de acuerdo y refunfuñamos, pero no hacemos nada. Yo estoy completamente seguro, de que en nuestros países hay más gente en contra de matrimonios gay, adopción por parte de parejas del mismo sexo, cátedra LGTBI en escuelas y colegios que a favor de estas prácticas nocivas y bajas.



Reflexionemos:
¿Dónde irá a parar una nación gobernada por gente sin principios ni moral?
¿Cuántos de nosotros estamos anhelando que nuestros hijos sean homosexuales?
¿Cuándo dejaremos de refunfuñar en lo escondido y haremos sentir nuestras voces?

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