Tener la razón, es al parecer lo que más importa a muchas personas frente a un conflicto familiar, de pareja o de amigos, cada uno es sabio en su propia opinión y ama más su razón que a las personas que o están de acuerdo con su postura o razonamientos. Es tanto el tiempo que se desperdicia en las relaciones, sobretodo de pareja, por el sencillo hecho de querer tener la razón, ninguno de los miembros de la relación está en condiciones de ceder y prefieren acariciar su razón que a su cónyuge, prefieren pasar tiempo con su razón que con la “persona amada”, y lo peor es que ese tener la razón no se usa en algo productivo, ese tener la razón no se usa para beneficiar la pareja, sino que solo se usa para… “tener la razón”.
Es ridículo pero los matrimonios y todo tipo de relaciones se terminan por tener la razón,
Ponte a pensar la infinita inmadurez derrochada por alguien que golpea, maltrata física y/o psicológicamente a la persona amada, a la que ha cubierto de besos, con la que ha tenido intimidad y ahora solo a precio de tener la razón toda está de cabeza o se acaba. Cuantos besos se dejaron de disfrutar, cuantas noches o días de pasión no llegaron, cuantas palabras que acarician el corazón y enternecen el alma dejaron de decirse, y todo porque “yo tengo la razón”
¡Las cosas como son! : tener la razón no te sirve de nada en las disputas de tu vida sentimental, amorosa o de amistad, tratas con gente que falla y tu fallas, y tú, “tengo la razón” , solo hiere, y maltrata a quien juraste no dañar. ¡Recuerda!, el amor no es jactancioso, el amor no busca lo suyo. Aprecia el tiempo que puedes pasar con tus seres queridos porque pronto pasa y volamos, valora las personas y no las etiquetes por los errores que cometen, tu cometes más que ellos.
Jesús dijo: (Mateo 7:12) pórtense con los demás, como quieren que los demás se porten con ustedes.
La versión Kadosh dice: siempre traten a otros de la forma que a ustedes les gustaría que los traten.
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