Usted está diseñado para la excelencia y fue creado de manera única. En lugar de ser uno en un millón, en realidad es ¡uno en casi siete mil millones! No hay nadie más como usted; usted es único. Dios nunca tuvo intención de que usted tuviera una vida promedio. Todos quieren ser reconocidos. Es más, usted no solo quiere ser reconocido, sino que necesita serlo por el bien de su salud emocional. Tenemos una necesidad en nuestras vidas de ser diferentes, de ser excelentes para sobresalir entre los demás.
DESTÁQUESE ENTRE LA MULTITUD
El primer libro de Crónicas 4:9-10 nos habla de un hombre llamado Jabés. Los primeros nueve capítulos de ese libro consisten de genealogías, con un listado de más de seiscientos nombres. Justo en medio de todos esos nombres, Dios señala a uno en particular para reconocimiento especial, y su nombre es Jabés. Solo se encuentran dos versículos en la Biblia entera que se refieren a este hombre y aun así se le da una mención honorable por encima de otras seiscientas personas. ¿Por qué dijo Dios que este hombre vivió por encima del promedio? ¿Qué hizo para que su nombre se conservara por más de cuatro mil años? «Jabés fue más importante que sus hermanos» (v. 9-10). Su madre lo llamó así porque dijo «con aflicción lo he dado a luz». Jabés clamó a Dios diciendo: «¡Bendíceme y ensancha mi territorio! Ayúdame y líbrame del mal para que no padezca aflicción. Y Dios le concedió su petición».
Había tres secretos en la vida de este hombre, tres principios que pueden elevar su vida por encima del promedio también.
PRIMER SECRETO: GRANDES ASPIRACIONES
PRIMERAMENTE, JABÉS TENÍA UNA GRAN ASPIRACIÓN. Mientras todos sus amigos se conformaban con ser mediocres, Jabés dijo: «Quiero que Dios me bendiga. Quiero algo grande. Quiero hacer algo significativo con mi vida». Él no quería ser ordinario. No quería ser común. Quería expandirse y crecer. Así que dijo: «Bendíceme y ensancha mi territorio». Jabés tenía una aspiración grande, y más que nada quería que Dios lo bendijera. Muchos hoy pasan la vida con indiferencia. No tienen metas, ni un plan estratégico, ni un propósito principal, ni una aspiración. Como resultado, nunca logran mucho. Sencillamente, existen. Usted necesita un sueño. (hay gente que tiene un sueño y hay otros que solo tienen sueño). Cuando uno deja de soñar, empieza a morirse. Cuando deja de fijarse metas, deja de crecer. Usted necesita algo por lo cual perseverar, una meta de excelencia. Mientras su horizonte se expande, será alguien emocionalmente saludable. Dios desea que usted crezca, se expanda y se desarrolle. Dios tiene un propósito para su vida y la clave del éxito consiste en descubrirlo y cooperar con él. Dios desea que tenga una gran aspiración. Una vida sin desafíos y sin metas puede resumirse con una sola palabra: Aburrimiento.
Hay tres conceptos erróneos comunes que impiden que nos fijemos metas grandes.
EL PRIMERO ES QUE CONFUNDIMOS LA HUMILDAD CON EL TEMOR. Decimos: «yo nunca podría hacer eso», y pensamos que somos humildes. Eso es temor; eso es falta de fe. Una persona verdaderamente humilde diría: «Con la ayuda de Dios lo puedo hacer. Con la bendición de Dios lo haré».
SEGUNDO, TENDEMOS A CONFUNDIR LA CONFORMIDAD CON LA PEREZA. Es cierto que Pablo dijo: «He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación» (Filipenses 4:11). Lo que estaba diciendo era: «Aunque no haya alcanzado mis metas aún, he aprendido a disfrutar al máximo. Estoy feliz hoy aunque tenga sueños y aspiraciones que aún no he alcanzado».
TERCERO, CONFUNDIMOS EL PENSAR MODESTAMENTE CON SER ESPIRITUAL. A mí me han dicho: «Yo sirvo a Dios a mi manera». Mi respuesta es esta: «Entonces, ¿por qué no empieza a servir a Dios de una manera más grande? ¡Deje que Dios le use más!» Otros me dicen: «Bueno, es que soy así. Así me hizo Dios». Pero eso es culpar a Dios por nuestra falta de crecimiento.
SEGUNDO SECRETO: UNA FE CRECIENTE
EL SEGUNDO PRINCIPIO PARA VIVIR POR ENCIMA DEL PROMEDIO ES QUE USTED NECESITA UNA FE CRECIENTE. Jabés no solo tenía grandes aspiraciones sino que también poseía una fe creciente. Tenía una convicción y confianza profunda en Dios. Tuvo suficiente fe como para pedir en oración y esperar una respuesta. La Biblia aporta algunos hechos interesantes referentes a Jabés.
Primero, no hay mención de ningún talento, don o habilidad especial que él haya tenido. La Biblia no nos dice que fuera rico o educado. Sencillamente era un hombre común con una fe poco común.
¡NO SE PREOCUPE DE LO QUE NO POSEE CUANDO LO QUE POSEE ES FE! Dios le dará el poder que le haga falta. A él le encanta usar personas ordinarias que le creen, que están dispuestas a confiar en él. La fe de Jabés lo llevó a creer que Dios lo ayudaría con sus metas y sueños. Hay algo más importante que ser talentoso, más importante que la habilidad o la educación: la fe. Es creer que Dios trabajará por medio de usted. He sabido de personas extremadamente talentosas sentadas en las bancas mientras que otras ordinarias, pero con fe, están haciendo goles. Ellos le creen a Dios, así que él los usa. Tal como Jabés, ellos son personas ordinarias con una fe extraordinaria.
Otro asunto es que tenía una clase de impedimento físico. Pero Jabés era más fuerte que su impedimento. Su fe lo animaba a continuar. ¿Cuál es su impedimento? ¿Será físico? ¿Será espiritual? ¿Será una niñez infeliz? ¿Será un trabajo frustrante o un problema matrimonial? Sea lo que sea, Dios dice: «Para el que cree, todo es posible» (Marcos 9:23).
TERCER SECRETO ORACIÓN GENUINA
EL TERCER SECRETO DE JABÉS FUE SU VIDA DE ORACIÓN. La vida de Jabés nos ilustra tres cosas que podemos pedirle a Dios y confiar en que él nos las conceda.
LO PRIMERO QUE PIDIÓ FUE EL PODER DE DIOS EN SU VIDA. Pidió un poder mayor que el suyo para alcanzar su sueño. Y oró de esta manera: «Quiero que me bendigas, Quiero tu poder en mi vida». Es importante notar que la petición de Jabés fue específica: «Dios, esto es lo que quiero: que expandas mi territorio; quiero más propiedades». ¿Ora por sus metas? ¿Le pide a Dios que le ayude en su rumbo en la vida?. A primera vista, la oración de Jabés parece egoísta, ¿no? Él oró diciendo: «Dios, quiero que hagas todo esto por mí». Por lo visto, Dios aprobó esta oración dado que se la concedió. Este es el punto: la ambición no es ni buena ni mala; es sencillamente un impulso básico de la vida. Todos tienen cierta aspiración. ¿Qué es lo que hace a la ambición buena o mala?: la intención tras ella. Las intenciones de Jabés eran genuinas porque Dios nunca honra una petición indigna. CONSIDERE ESTO: Dios le reta a hacer grandes peticiones. ¿Qué le pide a Dios cuando ora? Dios le anima a pedirle: «No tienen porque no piden» (Santiago 4:2). Jeremías (33:3) dice: «Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes». Pablo declara que Dios «puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros» (Efesios 3:20).
Dios dice: «Confía en mí, pide, búscate una gran ambición, y después busca una fe creciente, y después tráemelos en oración». ¿Qué desea que Dios haga en su vida? ¿Que restaure un matrimonio? Pídaselo. ¿Que le ayude con algún problema? Pídaselo.
Dios no es un policía que se encuentra en el cielo esperando que usted se equivoque para caerle encima; Dios quiere bendecir su vida.
LO SEGUNDO QUE PIDIÓ JABÉS FUE LA PRESENCIA DE DIOS EN SU VIDA: «Ayúdame» (1 Crónicas 4:10). Él se dio cuenta de algo: «Si consigo más territorio, tendré más responsabilidades. Habrá más obligaciones y más presiones, y realmente necesitaré la ayuda de Dios en mi vida». Así que le pidió a Dios que estuviera con él. Cuando usted pide la presencia de Dios en su vida, téngalo por seguro que él le contestará.
LO TERCERO QUE PIDIÓ JABÉS FUE LA PROTECCIÓN DE DIOS SOBRE SU VIDA: «Líbrame del mal, para que no padezca aflicción» (v. 10). Le pidió a Dios su protección. ¿Por qué hizo eso Jabés? Mientras más éxito se tiene, más crítica obtiene. Mientras se posee más territorio, más enemigos arremeten contra uno. Pero téngalo por seguro, tal como Jabés, que con la protección de Dios, usted no tendrá de qué o de quién temer. Si combina las tres peticiones que hizo Jabés, le garantizo que vivirá por encima del promedio.
¿Desea librarse de la mediocridad? ¿Desea ver a Dios operar en su vida? ¿Desea ver respuestas verdaderas a sus oraciones? ¿Está cansado de atravesar la vida sin saber hacia dónde se dirige? Si realmente desea vivir por encima del promedio, si desea lo mejor de Dios para su vida, entonces APLIQUE ESTOS TRES PRINCIPIOS QUE USÓ JABÉS: BUSQUE UNA ASPIRACIÓN GRANDE, UN VISLUMBRE DE LO QUE DIOS QUIERE HACER EN SU VIDA; PROCURE UNA FE CRECIENTE EN DIOS, UNA FE QUE LE PERMITA ESPERAR LO IMPOSIBLE; ESTABLEZCA UNA VIDA DE ORACIÓN GENUINA, UNA QUE DEPENDA DE DIOS EN LO QUE SE DIRIGE HACIA SU SUEÑO.
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