viernes, 23 de septiembre de 2016

¿COMO VENCER LA DEPRESIÓN?

La depresión es uno de los problemas más grandes en el mundo actual. Se la ha denominado como la gripe común de las enfermedades emocionales. Todos se deprimen ocasionalmente, pero algunos se encuentran en estado de depresión casi todo el tiempo. Aun los grandes santos se deprimieron, Elías fue un caso particular. Luego de múltiples victorias y milagros impresionantes, acabo con más de 450 profetas del dios pagano Baal, y gano el favor del pueblo, Sin embargo, había una persona a la que no le agradaba Elías, Jezabel, la reina de Israel. Una mujer muy malvada que odiaba al profeta, esta mujer prometió buscar y matar a Elías al precio que fuera (hoy miraremos esta historia en 1 Reyes 19:2 y trataremos de encontrar salida a la depresión con el ejemplo de Elías). Aquí tenemos al Elías que había sido tan valiente y ahora, cuando una mujer lo amenaza, se asusta, sale huyendo al desierto y se deprime (v. 3-5). Se acerca a un árbol, se sienta junto a él y clama a Dios pidiendo la muerte. «Ya he aguantado suficiente, Señor. Toma mi vida. No soy de ninguna manera mejor que mis antepasados». ¿Deprimido como Elías? Elías era un candidato ideal para la depresión. Se encontraba físicamente cansado, emocionalmente exhausto y alguien había amenazado su vida.
¿Por qué nos metemos en semejantes enredos emocionales? Debido al razonamiento errado. El hecho es que nuestras emociones son resultado de nuestros pensamientos. Si piensa de una manera negativa, usted va a experimentar la depresión. Sus emociones son causadas por su forma de interpretar la vida. Si mira la vida desde una perspectiva negativa se va a desanimar. Si desea desechar emociones inadecuadas, tendrá que cambiar su manera de pensar. (Romanos 12:2). La única manera de que puede cambiar su mente y sus emociones es cambiando la manera de pensar. Para superar la depresión, tendrá que corregir sus actitudes incorrectas con respecto a la vida. Si mira las cosas desde la perspectiva correcta, no experimentará depresión. Concéntrese en los hechos, no en sus emociones

¿POR QUÉ SE DEPRIMIÓ ELÍAS?





Porque jugó cuatro juegos mentales que todos jugamos cuando nos deprimimos.
El primero se encuentra en el versículo 3: «Elías tuvo miedo y huyó». Se acercó a un enebro, se sentó junto a él y pidió la muerte. ¿Cuál fue su primer error? El mismo que cometemos cuando nos deprimimos: NOS CONCENTRAMOS EN NUESTRAS EMOCIONES Y NO EN LOS HECHOS. Eso siempre nos sucede cuando estamos deprimidos. Nos enfocamos en cómo nos sentimos en lugar de ver la realidad. Esto se llama razonamiento emotivo, y es destructivo. Es la idea que dice: «Me siento así, de manera que debe ser realidad». Los músicos, los atletas y algunos actores o actrices, para mencionar a varios, sienten que son un fracaso después de alguna presentación. De igual modo, ellos saben que deben aprender a ignorar las emociones porque ellas casi nunca se centran en la realidad. Las emociones nos engañan con frecuencia, de manera que si nos concentramos en ellas en lugar de la realidad, podríamos tener problemas. Por ejemplo, cuando cometemos algún error en un área de nuestra vida, tendemos a creernos un fracaso total. Eso es un concepto erróneo.
La Biblia no dice que nos pongamos en contacto con nuestras emociones sino con la verdad, porque es la verdad la que nos hace libres.

NO SE COMPARE CON OTROS


EL SEGUNDO ERROR QUE COMETIÓ ELÍAS «Ya he aguantado demasiado, Señor. Toma mi vida, porque no soy mejor que mis padres». El segundo error que causa la depresión es que empezamos a compararnos con otros. Cuando usted empieza a compararse con otros, se está buscando problemas. No se compare con nadie más, porque todos somos únicos. Si siempre está imitando a otros y actuando como ellos, se va a deprimir. Caemos en la trampa de compararnos con otros y decimos… Yo debería actuar mejor que él o ella. Yo debería lograrlo. Yo debería dejarlo», ¡como si los látigos verbales nos fueran a motivar!, la autocrítica tampoco funciona.
Otra trampa en que caemos es que cuando experimentamos depresión nos pegamos una etiqueta. En lugar de decir: «Cometí un error», decimos: «Soy un fracaso total». En vez de afirmar: «Ay, me tropecé», decimos: « ¡Qué bruto soy!». Cuando nos ponemos etiquetas, agravamos el problema y empeoramos las cosas.

NO TOME CULPA FALSA


EL TERCER ERROR QUE COMETIÓ ELÍAS fue culparse de todos los hechos negativos que no tuvieron que ver con él. (v. 10). Cuando se hace esto siempre se cae en la depresión. Asumir una responsabilidad que Dios nunca tuvo como intención para nosotros se convierte en una carga demasiado pesada. Si uno tiene el hábito de ayudar a los demás, tarde o temprano, se da cuenta de que no todos reaccionan de la manera que uno quisiera, sean hijos o amistades, el cónyuge o las personas con las que trabaja. Las personas reaccionan de diversas maneras. Uno no puede asumir responsabilidad por sus reacciones. Dios nos dio a cada uno libre albedrío. Cuando usted asume la responsabilidad de las decisiones de otros, toma una carga que le traerá depresión. Uno puede influenciar a otros, pero no controlarlos. La decisión final es de ellos. No se deprima por algo que está fuera de su control.

NO EXAGERE LO NEGATIVO


EL CUARTO ERROR QUE COMETIÓ ELÍAS FUE EXAGERAR LO NEGATIVO. Él dijo: «Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también! (v.10) El profeta se echó al dolor: «Todos están en contra de mí». El hecho es que no todos eran opuestos a él. Solo una persona estaba en su contra con violencia, y su amenaza realmente no era en serio. Si Elías lo hubiese meditado un poco, en vez de hacerle caso a sus emociones, se habría dado cuenta de que Jezabel no se hubiera atrevido a matarlo. Cierto es que la reina le envió un mensajero con la amenaza diciendo: «Mañana te voy a matar». Pero si Jezabel realmente hubiese querido matar a Elías, no habría enviado al mensajero para advertirle sino a un asesino! Jezabel era demasiado astuta para quitarle la vida a Elías. Ella reconocía su gran influencia. Si él moría, se habría convertido en un mártir. Ella le permitió que huyera al desierto porque no deseaba matarlo sino hacerlo lucir un cobarde ante los ojos de la nación. Cuando estamos deprimidos, exageramos lo negativo. Todo luce mal. Si estamos deprimidos, el mundo entero se echa a perder.

CUIDE SUS NECESIDADES FÍSICAS





¿Cuál fue el remedio de Dios para la depresión de Elías? Es un remedio que usted podrá usar para su propia depresión. PRIMERAMENTE, RESPONSABILÍCESE POR EL CUIDADO DE SUS NECESIDADES FÍSICAS. Leímos que Elías se acostó junto a un árbol y se durmió. (v. 5-8). El remedio inicial de Dios para la depresión de Elías fue descanso, alimento y relajación. En ocasiones, un buen reposo hace maravillas en la actitud de uno. Cuando uno se encuentra exhausto físicamente y mentalmente agotado, es vulnerable a la depresión. Fíjese cuan tierno fue el trato de Dios con Elías. Dios no lo reprendió diciendo: «¡Cobarde! ¿Qué haces aquí en el desierto?» Dios no lo despreció ni lo condenó; sencillamente lo restauró físicamente. Ese fue el punto de partida. Si uno se encuentra deprimido, el primer paso hacia la recuperación es ponerse en forma. Tome cuidado de su salud. Tal vez le sea necesario atender su dieta o dormir un poco más o iniciar un régimen de ejercicios. La salud física ejerce una influencia profunda sobre su ánimo.

ENTRÉGUELE A DIOS SUS FRUSTRACIONES


El segundo remedio para su depresión consiste en entregarle a Dios sus frustraciones. Elías entró a una cueva y paso allí la noche. (v. 9-10) Él simplemente exteriorizó sus sentimientos más profundos. Dios permitió que se desahogara. Dios, en esencia, dice: «Cuando estés frustrado, déjame oír tus emociones. Las conozco de antemano y no me voy a escandalizar por ellas». El Señor permitió que Elías exteriorizara sus emociones reprimidas y no lo criticó ni lo condenó. A veces es provechoso confiarle a un buen amigo cristiano sus sentimientos.
Fíjese en las seis emociones que experimentó Elías. Cuando uno combina el resentimiento, el temor, la culpabilidad, la ira, la soledad y la preocupación, ¡se está buscando la depresión! De modo que Dios dejó que soltara todas estas cosas. Él dijo: «¿Elías, qué es lo que te frustra? ¿Qué te molesta?» Cuando esté deprimido, eso es precisamente lo que debe hacer: Contarle todo a Dios.

ESTAR NUEVAMENTE CONSCIENTE DE DIOS


El tercer remedio para su depresión consiste en estar nuevamente consciente de la presencia de Dios en su vida. El Señor le dijo a Elías: «Sal y preséntate ante mí en la montaña porque estoy a punto de pasar por allí» (v. 11). Dios le recordó a Elías que él aún estaba a su lado.

UN NUEVO RUMBO PARA SU VIDA


El cuarto remedio para superar la depresión está en permitirle a Dios que le dé un nuevo rumbo a su vida. (v. 15). Dios le dio a Elías una misión nueva. Lo puso a trabajar de nuevo. La manera más rápida de superar la depresión consiste en dejar de sentarse en medio de la autocompasión. Deje de fijar sus ojos en sí mismo y empiece a mirar las necesidades de los demás. Deje que Dios le dé una nueva meta y un nuevo rumbo. Él no ha terminado con usted. ¿Le salió mal algún asunto? ¡¿Qué va a hacer?! Si se lo permite, Dios lo levantará y empezará de nuevo. Un error (o cien de ellos) no le hace inútil en la vida. Jesús lo quiere sacar de su depresión. Él le puede ayudar; él le puede cambiar; él puede sanarle de la depresión. Usted no tiene que pasar la vida a merced de sus emociones. Sus pensamientos rigen sus emociones, y usted puede controlar lo que piensa. Puede decidir cambiar sus pensamientos. Deje que Dios cambie esas concepciones erróneas y dañinas como aquella que dice: «Si alguien me critica, significa que no sirvo para nada». «Para sentirme realizado o realizada en la vida, necesito ser amado por todos». «No puedo admitir ninguna debilidad; tengo que ser perfecto o perfecta porque si no soy un fracaso». Estos son el tipo de conceptos equivocados que producen depresión. Jesús conocía la importancia de razonar correctamente cuando dijo: «Conocerán la verdad y la verdad los hará libres» 0uan 8:32). Mientras mejor conozca a Jesús, más libre será.

USTED PUEDE CAMBIAR


Usted puede cambiar. ¿Cómo se empieza? Estableciendo una relación con Cristo. Usted «nace de nuevo», como lo dice la Biblia. Esto no cura toda su depresión de manera instantánea, pero sin Cristo, no hay fuerza para cambiar. Él desea ser una parte vital de su vida, y si le cede el control, él le ayudará. Una vez que esté en su vida, pídale una nueva meta y un nuevo sentido a su existencia. Usted necesita algo más grande por lo cual vivir en lugar de sí mismo. Aquellos que viven para ellos mismos tienen asegurada la depresión. Usted necesita algo mayor que le quite la vista de sí mismo y es una relación vital con Cristo, el Hijo de Dios.



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