viernes, 28 de octubre de 2016

¿¿QUIEN SOY??


¿Debiera, lo que hacemos determinar quiénes somos? o ¿lo que somos determinar lo que hacemos?
La comprensión de quién es Dios y quién eres tú en relación a Él, es el fundamento más importante para tu estructura de creencia y tus patrones de comportamiento como cristiano.

LA CREACIÓN ORIGINAL


El ser humano en Edén poseía cualidades que no necesitaba buscar, tres cosas básicas que se fracturaron en la caída y esas son:

1. Significado -El hombre tenía un propósito divino. (Génesis 1:28).
2. Protección y seguridad -Todas las necesidades del hombre fueron satisfechas (Génesis 1:29).
3. Pertenencia -El hombre tiene un sentir de pertenecer (Génesis 2:18).


LOS EFECTOS DE LA CAÍDA Génesis 3:8-4:9





Pérdida del conocimiento de quién es Dios. Leemos en Génesis 3:7,8 que ellos trataron de esconderse de Dios. Esto nos revela que ya no sabían quién era Dios, porque ¿cómo podemos escondernos de su omnipresencia?
Emociones negativos que nos dominan. Adán y Eva, aparte de estar enceguecidos con relación a su entendimiento, también llegaron a ser personas temerosas y angustiadas. Miedo, es el primer sentimiento que aparece luego de la caída de la humanidad (Génesis 3:10).
Demasiadas posibilidades de elección. El pecado de Adán y Eva, también afectó su capacidad de elección.
Ambos tenían solo una posibilidad de hacer una mala elección en el Jardín del Edén. Todo lo que hicieran estaba correcto, excepto comer del árbol de la ciencia del bien y del mal (Génesis 2:16,17).
Los atributos se vuelven necesidades. Esto, específicamente, ocurre en 3 áreas, que hasta el día de hoy están vigentes en nuestras vidas.

1. La aceptación fue reemplazada por el rechazo; por eso, tenemos la necesidad de pertenencia.

2. La inocencia fue reemplazada por la culpabilidad y la vergüenza, de ahí nace la necesidad de reconstruir el sentimiento de merecer.

3. El dominio fue reemplazado por la debilidad y la falta de ayuda, por eso necesitamos fuerza y autocontrol.

Toda tentación es un intento de Satanás para hacer que vivamos separados de Dios, nos tienta como lo hizo con Jesús y lo hace apelando a nuestras necesidades básicas y elementales. La pregunta es: ¿Serán estas necesidades satisfechas por el mundo, la carne y el diablo; o serán satisfechas por Dios, quien prometió suplirlas todas "conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús?" (Filipenses 4:19).

QUIEN SOY EN CRISTO. 2 corintios 5:17


Renuncio a la mentira de que soy rechazado, que nadie me quiere o que debo estar avergonzado. En Cristo soy aceptado. Dios dice:

ESTOY SEGURO – MI POSICIÓN EN CRISTO

Soy hijo de Dios [Juan 1:12]. “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”

Soy amigo de Cristo [Juan 15:15]. “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos”

He sido justificado [Romanos 5:1]. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;”

Estoy unido con el Señor, y soy un espíritu con Él [ver 1 Corintios 6:17]. “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.”

• He sido comprado por precio. Pertenezco a Dios [ver 1 Corintios 6:19-20]. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

• Soy miembro del Cuerpo de Cristo [1 Corintios 12:27]. “Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo”

• Soy santo y fiel [Efesios 1:1]. “A los santos y fieles en Cristo Jesús”

• He sido adoptado como hijo de Dios [Efesios 1:5]. “Nos predestinó* para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad,”

• Tengo acceso directo a Dios por medio del Espíritu Santo [Efesios 2:18]. “Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.”

• He recibido redención y perdón por todos mis pecados [Colosenses 1:14]. “En quien tenemos redención,* el perdón de pecados”

• Estoy completo en Cristo [Colosenses 2:10]. “Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”

SOY SIGNIFICANTE – MI PERSONA EN CRISTO





Rechazo la mentira de que soy culpable y que estoy desprotegido, solo o desamparado. En Cristo estoy seguro. Dios dice:

• Soy libre de condenación [Romanos 8:1-2]. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”

• Sé que todas las cosas obran para mi bien [Romanos 8:28]. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

• Soy libre de cualquier acusación contra mí [Romanos 8:31-34]. “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

• No se me puede separar del amor de Dios [Romanos 8:3 5-39]. “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

• Estoy confirmado, ungido y sellado por Dios [2 Corintios 1:21-22]. “El que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.”

• Estoy persuadido que el Dios que comenzó la buena obra en mí la perfeccionará [Filipenses 1:6]. “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”

• Soy ciudadano del cielo [Filipenses 3:20]. “En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.”

• Estoy escondido con Cristo en Dios [Colosenses 3:3]. “Pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.”

• No se me ha dado espíritu de temor sino de poder, amor y dominio propio [2 Timoteo 1:7]. “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

• Puedo hallar gracia y misericordia que me ayuden en tiempo de necesidad [Hebreos 4:16]. “Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.”

• Soy nacido de Dios, y el diablo no puede tocarme [1 Juan 5:18]. “Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo.”

TENGO UN SENTIDO DE PERTENENCIA


Rechazo la mentira de que soy indigno, inadecuado, desvalido y que no tengo esperanza. En Cristo soy importante. Dios dice:

• Soy la sal de la tierra y la luz del mundo [Mateo 5:13-14]. “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo;(I) una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. “

• Soy un pámpano o rama de la vid verdadera, Jesús, un canal de su vida [Juan 15:1, 5]. “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”

• Dios me ha escogido y señalado para llevar fruto [Juan 15:16]. “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.”

• He recibido poder del Espíritu y soy testigo de Cristo [Hechos 1:8]. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

• Soy un templo de Dios [1 Corintios 3:16]. “¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?”

• Soy un ministro de reconciliación para Dios [2 Corintios 5:20]. “Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: “En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.”

• Soy colaborador de Dios [2 Corintios 6:1]. “Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano.”

• Estoy sentado con Cristo en lugares celestiales [Efesios 2:6]. “Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales,”

• Soy hechura de Dios, creado para buenas obras [Efesios 2:10]. “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.”

• Tengo acceso a Dios con seguridad y confianza [Efesios 3:12]. “En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.”

• Todo lo puedo en Cristo que me fortalece [Filipenses 4:13]. “Todo lo puedo en cristo que me fortalece.”

CÓMO GANAR LA BATALLA POR NUESTRA MENTE





1. Llena tu mente con la palabra de Dios.

2. "lleva todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo" (2 Corintios 10:5). Practica el pensamiento en el umbral, el primer pensamiento. Evalúa todo pensamiento a la luz de la vedad y ni siquiera consideres los pensamientos tentadores, acusadores o mentirosos. Prefiere la verdad y sigue con la verdad.

3. vuélvete a Dios cuando tus pensamientos te causen ansiedad. "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego" (Filipenses 4:6).

4. Asume la responsabilidad de elegir la verdad y consagrarte a vivir en conformidad con ella. Filipenses 4:8-9

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