Un conductor del camión de entregas de una tienda de mascotas, En cada semáforo al que llegaba se bajaba, salía corriendo hacia la parte posterior del camión, agarraba un palo y comenzaba a golpear el camión. Alguien le preguntó que qué hacía. Él dijo: “Lo que pasa es que este es un camión solo para dos toneladas de carga y estoy transportando cuatro toneladas de canarios; por eso tengo que mantener dos toneladas de ellos en el aire todo el tiempo”.
Muchas personas van por el mundo golpeándose ellas mismas, tratando de tener todo en el aire para no irse hacia abajo. Tenemos una tendencia a estancarnos en la vida. Nos estancamos en las relaciones. En hábitos. En la congoja cuando perdemos a un ser querido. En la ira. En nuestro trabajo, en una relación sexual. Y luego no podemos salir de allí y caemos en un círculo. Una vez que uno se estanca comienza a sentirse culpable por haberse detenido. Y decimos: “Desearía poder salir de esto pero no puedo cambiar”.
Entonces aparece la ira e insistimos en que deberíamos poder cambiar y nos molestamos con nosotros mismos. Decimos: “Debería ser capaz de salir de esto”. Pero no salimos. Y luego nuestra ira se transforma en temor a que nunca vamos a poder salir de ese problema. El miedo nos controla. Pensamos que vamos a terminar en un hospital. Más tarde nuestro temor se convierte en depresión, comenzamos a sentirnos mal, a tenernos lástima y a resignarnos. Decimos: “Me doy por vencido. No puedo cambiar”. Y comienza el ciclo de nuevo y nos estancamos mucho más. No es suficiente saber que Dios nos ayudará. Tenemos que hacer algo.
Tenemos que tomar decisiones. Tenemos que cruzar la línea.
CONSCIENTEMENTE DEBO ELEGIR ENTREGAR TODA MI VIDA Y VOLUNTAD AL CUIDADO Y CONTROL DE CRISTO.
Jesús dijo en Mateo 11:28-30. “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí... Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”. Jesús dice: Dame el control y cuidado de tu vida y observa lo que hago. La vida será mucho más fácil. Menos estresante.
¿QUÉ ME DETIENE A HACER ESTO?
1. El orgullo me impide reconocer que necesito ayuda. Proverbios 18:12 dice: “Tras el orgullo viene el fracaso; tras la humildad, la prosperidad”. Quizá usted diga: “No estoy listo para darle el control y cuidado de mi vida a Cristo”. Todo lo que necesita para hacerlo es una gran dosis de dolor. Dios permitirá que lo obtenga para llamar su atención.
2. El sentido de culpa me impide dar este paso. Quizás se avergüence de pedirle a Dios que lo ayude. Si piensa así está equivocado. Totalmente equivocado. No hay pecado que Dios no pueda perdonar.
3. El temor por lo que tenga que dejar. ¿Sabe lo que es libertad? Libertad es decidir quién controla nuestra vida. Cuando entregamos nuestra vida al cuidado y control de Cristo, él nos libera. Simplemente venga a Dios y dígale: “Dios, ni tan siquiera sé lo que quiero entregar, pero sí sé que quiero que mi vida esté bajo tu control, así que Dios, aquí está mi cheque en blanco”. Aquí está mi vida. Permita que él cuide de lo demás. No se preocupe por eso.
4. La preocupación. Quizás sea la preocupación la que lo detiene de entregar su vida al cuidado y control de Cristo. Confundimos la fase de tomar la decisión con la fase de la resolución de problemas. Si confunde estas cosas, nunca tomará la decisión. Primero se toma la decisión y luego se resuelven los problemas. Kennedy dijo: “Vamos a ir a la luna”, luego fue cosa de la NASA resolver los problemas.
En primer lugar tomo la decisión. Entrego mi vida al cuidado y control de Cristo. Tengo dudas, preguntas, temores, preocupaciones. No sé cómo va a salir todo, pero sé que es el paso correcto. Así que, simplemente, lo hago. Esta es la cosa más importante que puedo decir. La vida cristiana es una decisión seguida de un proceso. Lo mismo ocurre con la recuperación. Es una decisión seguida de un proceso.
Filipenses 1:6 (DHH) dice: “Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese”.
5. La duda. “Quiero creer pero mi fe parece ser muy pequeña”.
No es el tamaño de su fe lo que importa, es el tamaño de en lo que la deposita, el tamaño de su Dios. Puede tener una fe gigante, pero aplicarla en algo incorrecto y no obtener resultados. La fe no es el punto. El punto es en lo que la pone. Un poco de fe en un gran Dios logra grandes resultados. No permita que alguna de estas cosas le impidan dar este paso.
¿CÓMO DOY ESTE PASO?
¿Qué significa dar este paso?
1. Acepto al Hijo de Dios como mi Salvador. Necesito ser salvo. Necesito ayuda. Me doy cuenta de que lo necesito en mi vida. “Cree en el Señor Jesús y serás salvo”. ¿Qué significa eso? Significa comprometer tanto de mí mismo como entienda en este momento a lo que entienda que es Cristo en este momento. ¿Es eso suficiente? Eso es suficiente.
2. Acepto la Palabra de Dios como mi regla de vida. Desde ahora en adelante tengo un manual por medio del cual voy a vivir mi vida. Dios dice: “Este es tu modelo por medio del cual evalúas la vida a tu alrededor”. Noticia: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar la fe, y corregir errores y para volver a iniciar la dirección en la vida de un hombre, entrenándolo en una buena vida”.
3. Acepto la voluntad de Dios como mi estrategia, como mi meta en la vida. “Dios, ¿qué quieres que haga?” La primera pregunta que siempre hago es: “Señor, tú me despertaste esta mañana. Obviamente significa que tienes otro día para mí, un propósito para mi vida. ¿Qué quieres que haga con eso?” Ni tan siquiera tengo que entenderlo pero estoy viviendo mi vida en tus términos porque tú me hiciste por una razón. Y la voluntad de Dios se vuelve la estrategia para mi vida, ya sea que la entienda o no.
4. Acepto el poder de Dios como mi fuerza. Filipenses 4:13 dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Ya no tengo que confiar más en mi propia energía. Las cosas funcionan mejor cuando están conectadas. Conéctese a Dios, no estará tan cansado todo el tiempo. Dios dice: “Te daré mi poder para que seas todo lo que quiero que seas”.
Van a llegar momentos difíciles. Van a llegar esas nubes donde se siente perdido y no sabe qué dirección seguir. En ese momento, debe conectarse al sistema de Dios. O me entrego al cuidado y control de Cristo o acepto una invitación al desastre.
Es muy importante para usted que permita que alguien más sepa de su decisión y de este compromiso.
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