Todos necesitamos pasar por el proceso de recuperación. Sin importar el problema, la herida, el complejo o el hábito, los pasos que hay que dar son los mismos. la raíz que causa todo esto es nuestro deseo de controlar las cosas. queremos ser Dios. Queremos ser el centro de nuestro universo. Pero cuando tratamos de ejercer este control, lo único que conseguimos es terminar fatigados, frustrados y fracasados.
Pero… “Hay una buena noticia - existe un poder al que me puedo conectar para controlar las cosas que no puedo dominar por mí mismo”.
EN FORMA SINCERA CREO QUE DIOS EXISTE, QUE LE INTERESO, Y QUE Él TIENE EL PODER PARA AYUDARME EN MI RESTAURACION.
Este paso está basado en Hebreos 11:6 (NVI): “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”.
El segundo paso consta de tres partes.
I. RECONOCER LA EXISTENCIA DE DIOS
La mayoría de nosotros no tenemos problema con esto. Ya no quedan muchos ateos. Mientras se realizan más descubrimientos científicos, más sabemos del universo
y menos personas están dispuestas a seguir creyendo que todo sucedió por accidente.
Donde hay una creación, debe haber un Creador. Donde hay un efecto, debe haber una causa. Donde hay un diseño, debe haber un diseñador. Reconoce su existencia. Romanos 1:20 (NVI) dice: “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó”. Y el Salmo 19 (NVI) expresa: “Los cielos cuentan la gloria de Dios”.
Por cierto, la Biblia dice que es una necedad no creer en Dios. Es irracional. Es ilógico no creer en Dios.
El asunto real para la mayoría no es: “¿Hay un Dios?” El asunto verdadero es: “¿Qué clase de Dios es?
Tenemos algunas ideas extrañas con respeto a Dios. De vez en cuando se oye decir: “Mi idea de Dios es...” ¿Con qué autoridad se dice eso? Francamente, no me interesa cómo cree usted que es Dios. No me interesa cómo lo concibo yo mismo. Lo que deseo saber es: ¿Cómo es él en realidad?
II. ENTENDER EL CARÁCTER DE DIOS
¿Cómo es él realmente? Hasta que en verdad no sepa cómo es Dios, no puedo confiar en él. ¿Verdad que tiene sentido?
Afortunadamente Dios desea que sepamos cómo es él. Jesucristo. dijo: “Como soy yo, así es Dios”. Colosenses 1:15 dice: “Él [Cristo] es la imagen del Dios invisible”. Si usted desea saber cómo es Dios, solamente mire a Jesús, porque él es la expresión visible del Dios invisible.
Específicamente hay tres cosas que aprendemos sobre Dios por medio de Jesús, que nos ayudan a vencer nuestros hábitos, heridas y complejos:
1. Dios conoce todo acerca de mi situación. él conoce mis hábitos, mis heridas y complejos. Él conoce lo bueno y lo malo. Salmo 56:8 (DHH): “Tú llevas la cuenta de mis huidas; tú recoges cada una de mis lágrimas”. ¿No es eso increíble? La Biblia dice que Dios lo conoce personalmente y de cerca. Él ha visto sus lágrimas. “Nadie sabe el infierno por el que estoy pasando en mi matrimonio”. Está equivocado, Dios lo sabe. “Nadie sabe cómo estoy luchando por romper con este hábito. Dios sí lo sabe. Y Él ha visto sus lágrimas. Las conoce todas.
El hecho es que no hay nada que esté fuera de la vista de Dios. Usted siempre tiene una audiencia veinticuatro horas al día. Dios no se sorprende por su pecado, no se altera, no se decepciona. Él sabe quién es usted.
2. Dios se interesa por mi situación. El Salmo 103 dice: “Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro”. Él es tierno y compasivo.
¿Cómo es que me sigue amando? Porque su amor es incondicional. No está basado en su comportamiento. Está basado en el carácter de Dios. La Biblia dice que Dios es amor. Y lo mejor de todo es que él tiene el poder para cambiar su situación.
3. Dios puede cambiar mi vida y mi situación. Estas son buenas noticias. Pero está esperando por usted para hacer esto. Y Él tiene el poder.
Si Dios pudo levantar a Jesucristo de los muertos, puede restaurar una relación rota, levantar a una persona que está mal de salud, hacerle libre de una adicción, ayudarle a cerrar la puerta al pasado para que esos recuerdos dejen de perseguirle, pero solo confía en Él.
III. ACEPTAR LA OFERTA DE DIOS PARA AYUDARME
Ahora Tenemos que conectarnos al poder. Aquí está lo que Dios tiene para ofrecer.
Filipenses 2:13 dice: “Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”. Dios le dice: “Tu propia fuerza de voluntad no es suficiente. Las buenas intenciones no son suficientes. Lo que necesitas es mi voluntad y mi poder para ayudarte a cambiar.
¿Qué sucede cuando pongo mi vida ante el poder de Dios y le pido que ponga el
Espíritu de Jesucristo en mi vida? “El Espíritu que Dios da nos llena con su poder, amor y dominio propio”.
Primero, poder. Poder para romper hábitos que no puedo romper, Para hacer las cosas que sé que son correctas, para ser libre del pasado y que esos recuerdos se vayan. Poder para empezar a vivir la clase de vida que Dios desea que viva.
Después, amor. Verdadero amor, No tengo temor de ser verdaderamente amado.
Y nos da dominio propio. Usted no está en verdadero control hasta que Cristo esté en control y domine las circunstancias de su vida. Dios quiere que usted y yo estemos conectados a él.
¿Cómo me conecto al poder de Dios?
Muy simple. Crea y reciba. Primero, crea que Dios existe, crea que él le conoce y se interesa por usted, que tiene el poder de ayudarle y luego recíbalo en su vida.
Dios dice: “Yo estoy contigo”. Isaías 43:2 (NVI) nos da esta tremenda promesa de Dios: “Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas”. Dios nos dice: “Yo estaré contigo.
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