jueves, 22 de septiembre de 2016

COMO ME RECUPERO DEL FRACASO

Un fracaso puede convertirse en un escalón hacia el éxito, esta verdad es más frecuente de lo que nos imaginamos, porque preferimos retirarnos, solamente agachar la cabeza y ocultar las lágrimas, hablar bajo por el taco que sentimos en la garganta, la decepción se convierte en mala consejera, pero es ella la que ahora nos brinda su maloliente abrigo, veamos que le paso a Pedro, a pedro el apóstol, el pescador de galilea que en una noche no pesco nada, casi todos hemos oído hablar de aquella historia pedro está lavando las redes, la decepción lo está envolviendo, y de repente Jesús se le acerca le pide prestada su barca para desde allí predicar un largo sermón y al terminar Jesús le pide a pedro que vuelvan al lugar donde en la noche anterior no han pescado nada, ¿Qué sabia este carpintero de pesca?, el que sabía era pedro, pero Jesús insiste, en que pedro eche su red allí así que pedro exclama “ en tu palabra echaré la red” y en in instante todo cambia, las redes están a punto de romperse por la cantidad de peces que están atrapados en ellas, la historia la puedes leer en el evangelio de san Mateo 5:1-11, ¿qué podemos aprender de esta historia tan particular?

CUANDO NUESTRO MEJOR ESFUERZO NO BASTA





Jesús nunca hizo un milagro sin propósito, siempre lo hizo para ilustrar algún principio.
De vez en cuando aunque hemos puesto nuestro mejor esfuerzo en algo, las cosas no salen como lo planeamos, la vida suele ser dura en muchas ocasiones y viene entonces la tentación de abandonarlo todo, pasa en el matrimonio, en los negocios y en cada área de la vida.
Veamos una comparación entre las dos pescas, era el mismo lago, la misma barca, las mismas redes, los mismos pescadores, pero en la primera pesca, duraron toda una noche en vela y no pescaron nada, en la segunda, unos minutos y el resultado, la mejor pesca de sus vidas, ¿Qué marco la diferencia?
Quiero mencionar que en realidad hay tres diferencias entre una y otra pesca, estas diferencias marcan principios aplicables a la vida de nosotros que producen siempre resultados siempre y cuando se hagan como es debido, porque hemos de entender sin lugar a dudas que Dios esta exageradamente interesado en bendecirnos.

PRIMER PRINCIPIO: APROPIESE DE LA PRESENCIA DE DIOS EN SU VIDA


La presencia de Cristo hizo la diferencia, usted necesita traer a Jesús a su barca, es decir a su vida, este es el punto de partida, no hay ninguna otra cosa que pueda ejercer mayor influencia en su vida que la de vivir con o sin Cristo.
La barca para pedro significaba su sustento, su trabajo, su empresa, ¿tendrá acceso Jesús a su trabajo a lo que usted posee?, para muchos es muy cómodo separar su vida laboral de su relación con Dios, eso impide que Dios bendiga su negocio, su empleo. Dios bendecirá cualquier cosa que usted le dé, ya sea su vida, su familia, su empleo, su negocio etc., lea Mateo 6:33

SEGUNDO PRINCIPIO: COOPERE CON EL PLAN DE DIOS


La segunda vez que los discípulos fueron a pescar, fue bajo la dirección de Cristo, siguiendo sus instrucciones con obediencia, ya tenían la presencia de Dios en su vida ahora debían cooperar con esa presencia, igual funciona para usted o para mí.
La respuesta de pedro a la orientación de Jesús fue la correcta, no argumentó, no criticó, solamente sigue instrucciones, tampoco hizo caso de sus emociones, se imagina usted el cansancio que tendría, pero Jesús le pide ir a aguas profundas, porque así debe ser nuestro andar con Cristo, no en la seguridad humana y la dependencia de nuestras posibilidades,, por eso no le dijo que echara sus redes en la orilla, en lo superficial, sino en mar adentro, allá es donde Dios te quiere llevar en tu relación con él, no tengas miedo de los riesgos que tengas que correr si estas con él, porque su propósito para nosotros es maravilloso.

TERCER PRINCIPIO: ESPERE QUE DIOS ACTÚE


Para recuperarse del fracaso, usted debe anticipar las promesas de Dios en su vida. En el segundo intento de pesca, los discípulos estaban actuando basados en la promesa de Dios para ellos, basados en su palabra.
Cuando usted procura la presencia de Dios en su vida, abraza el plan de Dios en su mente y se apropia de las promesas de Dios en su corazón, no puede fallar, empiece a esperar resultados maravillosos.
Estos tres principios son sencillos y enteramente realizables por todos, pero usted dirá:

¿PUEDE DAR RESULTADO EN MI VIDA?






Usted podrá pensar que esto no es para usted, pero la realidad es que Dios quiere bendecirlo a usted. Si usted está vencido por las circunstancias, déjeme darle un buen remedio, búsquese en su Biblia alguna promesa de Dios y empiece a reclamarla para usted, comience a esperar la promesa de Dios y descubrirá que esa promesa le inyectará nuevas esperanzas en medio de una situación sin esperanza.
El éxito genuino, a menudo empieza al margen del fracaso.
En la historia que estamos tratando Dios bendijo a los discípulos tanto que ahora no podían con tantos peces, y así va a ser para usted cuando usted se apropie de la presencia de Dios en su vida, coopere con el plan de Dios y anticipe las promesas de Dios, entonces será bendecido con más de lo que puede lidiar.
El punto es este, Dios quiere bendecirlo tanto a usted, que usted tenga que compartir sus bendiciones con otros para evitar hundirse, el no solo quiere bendecirlo, sino que quiere bendecir a otros a través de usted.
Pero lo curioso es que cuando estos hombres de la historia, hicieron la mejor pesca de su vida, la dejaron en la playa, y decidieron que era mejor seguir a Jesús, no se quedarían con el milagro, sino que querían al hacedor de milagros

INTÉNTELO DE NUEVO CON JESÚS


Quizá usted se esté sintiendo como aquellos pescadores antes de llegar Cristo, “he trabajado tanto y no veo los resultados”. Esto puede estarse presentando en su matrimonio, su empleo, su economía otra dificultad personal, usted siente que no mejora así que dice ¿para qué seguir intentando? ¿Para qué más esfuerzo?
El que no haya solucionado su problema aun, no significa que no hay solución. A través del fracaso, con frecuencia aprendemos las lecciones que nos ayudan a tener éxito. El mensaje de Dios para usted es este “no te rindas”, hazlo de nuevo, pero esta vez hazlo con Jesús en la barca. El hará la diferencia.




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