Primero debo perdonar a los que me han dañado, y segundo,debo hacer enmiendas con las personas que he dañado.
EVALÚO TODAS MIS RELACIONES, OFREZCO PERDÓN A LOS QUE ME HAN DAÑADO Y HAGO ENMIENDAS POR EL DAÑO QUE HE CAUSADO A LOS DEMÁS, EXCEPTO CUANDO AL HACERLO PUEDA DAÑARLOS TANTO A ELLOS COMO A OTROS.
Efesios 4:31-32: “Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.
¿Por qué debería dar este paso y cómo hacerlo?
PERDONAR A LOS QUE ME HAN DAÑADO
¿POR QUÉ?
1. Porque Dios me ha perdonado. Y si Dios me ha perdonado, yo debo perdonar a los demás. Colosenses 3:13 dice: “Que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Cuando recuerdo cuánto me ha perdonado Dios se me hace muchísimo más fácil perdonar a los demás. Nunca tendrá que perdonar a nadie más de lo que Dios le ha perdonado a usted.
2. El resentimiento no funciona. Es irrazonable, enfermizo, Job 5:2 dice: “El preocuparse hasta la muerte con resentimiento sería algo necio, lo más sin sentido que hacer”. ¿Causa el resentimiento que las personas hagan locuras? Sí, es como dispararse a usted mismo, por lo tanto, dañará a alguien más cuando el arma retroceda. No funciona. Siempre se daña a usted mismo más que a otra persona. Eclesiastés 7:9 (DHH) dice: “No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo es propio de gente necia”. El resentimiento no puede cambiar el pasado, no puede corregir el problema, no cambia a la persona, ni tan siquiera daña a la persona, solamente le afecta a usted. Lo hace miserable.
Las investigaciones han demostrado que la emoción más enfermiza que las personas han tenido es el
resentimiento. Tiene consecuencias físicas. Tiene consecuencias emocionales. Puede llevarle a la depresión. Solamente prolonga la herida. Es algo así como un suicidio emocional. Por amor a usted mismo, necesita perdonar a los que le han dañado.
3. Porque necesito perdón en el futuro. Voy a necesitar perdón para el futuro. Marcos 11:25 dice: “Cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados”. El resentimiento bloquea sentir el perdón de Dios en su vida. La Biblia dice que no podemos recibir lo que no estamos dispuestos a dar.
El perdón es una calle de doble vía. En cierta ocasión, un muchacho se acercó a John Wesley y le dijo: “Nunca podré perdonar a esa persona. Nunca”. John Wesley le replicó: “Entonces espero que nunca peques. Porque todos necesitamos lo que no queremos dar”. No queme ese puente que necesita cruzar.
¿CÓMO?
¿Cómo perdono a los que me dañaron?
1. Revelo mi herida. Lo admito. Lo expreso. Lo afronto. Soy honesto. No puede vencer esto hasta que lo admita... y eso daña. No sé por qué pero no queremos admitir las veces que las personas que amamos nos han dañado. Quizás se deba a que tenemos una mala concepción de que no se puede amar a una persona y molestarse con ella al mismo tiempo. Usted puede.
Entonces ¿qué hacer? Haga una lista de los que le han dañado, lo que dijeron, lo que hicieron, lo que pensaron, y escríbalo, hágalo en blanco y negro para que pueda verlo. Entonces no estará resentido sobre algo confuso, sino sobre algo específico.
2. Libere al ofensor. Eximo a mi ofensor. Lo dejo ir. Dejo de sostenerme en mi herida. ¿Cómo hago eso? Perdonándole.
No espere que le pida perdón. Hágalo ya, sea que le pida perdón o no, porque usted lo está haciendo por su propio bien y no por el de él. ¿Por qué? Porque Dios le ha perdonado, porque usted va a necesitar perdón en el futuro y porque el resentimiento no funciona, solamente lo hace sentirse miserable.
¿Con qué frecuencia tengo que hacerlo? “¿Cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. Él está diciendo que el perdonar tiene que ser una actitud continua. El perdón no es algo que se hace una sola vez, El perdón no es algo de un solo tiro. Es una cuestión repetitiva. Debe ser continuo.
¿Cómo saber cuándo se ha soltado a un ofensor por completo? Cuando piense en él y sienta que ya no le duele. Cuando puede pedir que Dios le bendiga.
Cuando libere a un ofensor no siempre es posible, ni tan siquiera aconsejable, que usted regrese a esa persona que le dañó. Las circunstancias de ellos puede que hayan cambiado. Algunas personas han cambiado. Otras se han vuelto a casar. Algunos se han ido a vivir a otro lugar y usted ni sabe dónde están. Otros han muerto. ¿Qué hacer en ese tipo de situaciones? Haga uso de lo que yo llamo la técnica de “la silla vacía”. Consiga una silla y póngala en un cuarto, e imagine que esa persona está en esa silla y diga: “Necesito decirte algo. Así es como me dañaste” y expréselo. “De esta forma me dañaste, de esta otra y de esta otra. Pero quiero que sepas que te perdono porque Dios me ha perdonado y porque el resentimiento no funciona y porque quiero obtener perdón en el futuro. Te libero”.
3. Reemplazo mi herida con la paz de Dios. “Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo”. ¿Cómo? “Esto es algo injusto. Si lo perdono quedará sin castigo”. No, no es así. Deje que Dios tome en sus manos la situación. Él puede hacer un trabajo mejor que el suyo. El hecho es que las malas relaciones pueden romper su corazón en pedazos. Simplemente lo pueden destrozar. Pero Dios puede unir esas partes de nuevo y rodearlo y cubrirlo con su paz. Debe liberar a los que lo hirieron para que Dios pueda reparar su corazón.
HACER ENMIENDAS CON LAS PERSONAS QUE HE DAÑADO
Pero este paso cuenta con una segunda parte, porque en la vida no solamente ha habido personas que le han causado daño, sino que usted también ha provocado daño a otros. Por eso la segunda parte de este paso es hacer enmiendas a las personas que ha dañado. ¿Es esto realmente necesario? Absolutamente.
¿POR QUÉ?
Porque las relaciones sin resolver son la raíz de su problema y ellas impiden que suceda la recuperación.
“La razón por la que no puedes vencer ese hábito, ese complejo, ni librarte de esa herida es porque todavía tienes relaciones no resueltas”. Y esas relaciones no resueltas deben ser tratadas si realmente quiere seguir con su recuperación, ser la persona que Dios quiere que sea y disfrutar la clase de felicidad que él suplió para que usted la tuviera en primer lugar en su vida.
¿CÓMO?
¿Cómo hago enmiendas a las personas que he dañado?
1. Haga una lista de las personas a las que ha dañado y lo que les hizo. Quizás usted diga: “No puedo recordar a nadie”. Si es que lo dijo, le voy a poner un par de ejemplos. ¿Hay alguien a quien le deba algo que no le ha pagado? ¿Hay alguien a quien no le ha cumplido una promesa? ¿Hay alguien al que trata de controlar? ¿Su cónyuge? ¿Un hijo? ¿Un hermano? ¿Un empleado? ¿Un amigo? ¿Hay alguien con quien es extremadamente posesivo? ¿Alguien con quien es extremadamente crítico? ¿Ha abusado verbalmente de alguien? ¿O físicamente? ¿O emocionalmente? ¿Hay alguien a quien no ha apreciado o no le ha puesto atención o a quien no le ha recordado un aniversario? ¿Hay alguien a quien le ha sido infiel? ¿Le ha mentido a alguien? ¿Es esto suficiente para comenzar o necesito continuar? Haga una lista de aquellas personas a quienes ha dañado y lo que les hizo.
2. Piense cómo le gustaría que alguien hiciera enmiendas con usted. Lucas 6:31 dice: “Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes”. Así que deténgase y piense: “Si alguien llegara y me pidiera disculpas ¿cómo me gustaría que lo hiciera?” Y hágalo de esa manera. Hay tres asuntos que necesita observar:
-. Tiempo. Eclesiastés 8:6 dice: “Hay un tiempo correcto y una forma correcta para hacer todo”. Lo hace de acuerdo con el tiempo de esa persona. No cuando sea el mejor tiempo para usted sino cuando sea el mejor tiempo para ella.
2. Actitud. Tiene que tener la actitud correcta. Efesios 4:15 dice: “Profesando la verdad en el amor”. En privado, con humildad, con sinceridad, simplemente diciendo que lo que hicieron fue incorrecto, No trate de justificar sus acciones. Enfóquese en lo que le corresponde de la situación y no espere nada a cambio por parte de la persona con quien está tratando de hacer enmiendas.
Restituya cuando sea posible. Si le han prestado algo y no lo ha devuelto, devuélvalo. Si le debe a alguien, páguele.
Nota: Entre más seria es su ofensa, menos probable es que pueda restituirla. Lo que tiene que hacer es ir a esa persona en el tiempo correcto, con la actitud correcta, y decirle: “Lo siento, estaba equivocado, no merezco su perdón, pero ¿hay alguna forma en que pueda enmendar mi error?” Y lo deja así.
3. ¿Es apropiado? En algunas situaciones no va a desear volver a estas personas porque eso solamente abriría un gran pote de gusanos y probablemente haría de la situación algo peor. Se podría dañar a alguien inocente. Por ejemplo, no sería buena idea ir donde una antigua novia que ahora está casada. O donde un novio. Usted no querrá hacer eso. En casos como estos, se recomienda el uso de la técnica de la silla vacía. O escribir una carta que nunca va a mandar. Romanos 12:18 dice: “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos”.
4. Reenfocar su vida. Reenfoque su vida haciendo la voluntad de Dios y comenzando hoy en sus relaciones. He aquí el punto: En tanto usted se enfoque en alguien contra quien tiene algún tipo de resentimiento le está permitiendo a esa persona controlarlo. Algunos de ustedes todavía están permitiendo que personas del pasado les controlen el presente. En tanto sienta resentimiento, ellos le controlarán. Si sigue con ese resentimiento terminará pareciéndose a la persona contra la cual guarda rencor.
¿Cómo lo hace? Job 11:13-16 Note que hay tres pasos para reenfocar su vida:
1. Entregue su corazón. Libere y perdone.
2. Busque a Dios. Reciba a Cristo en su vida. Diga: “Jesucristo, Dios, ven a mi vida”. Busque a Dios. No puede fabricar suficiente perdón para todas las veces que vaya a ser herido en el mundo. Simplemente no lo tiene. El perdón humano se desvanece.
Usted necesita conectarse a Jesucristo para que él le dé diariamente el perdón que necesita para ir soltando cada día y finalmente liberarlo completamente. Busque a Dios y él le dará el perdón que usted pensó que no podía dar.
3. Enfrente al mundo otra vez. No lo abandone, no se esconda en una concha, tome decisiones, decida vivir, diga: “Ya no soy una víctima”. Y comience a mirar hacia delante.
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